La compañía taiwanesa jionh haw choawn saco a la venta el primer detector de mentiras más portable y compacto de la historia.
Las prevents de este dispositivo se acabó inmediatamente en las primeras 3 semanas de su anuncio.
La primera edición de este dispositivo tuvo una elevada venta, pues al parecer la efectividad del mismo se podía probar hasta con una grabación de audio anteriormente pregrabada con un celular.